
Txus Garcia acaba de publicar su primer poemario con Cangrejo Pistolero Ediciones. «Poesía obrera, bollera y banal» es como ya se ha definido. Es Cisco Bellabestia quien la ilustra y deconstruye en forma de collages mejor que bien.
(…) He querido escribirle algo que describa lo enganchada que me tiene a su poesía (…). Pero cuando algo me importa, me gusta, me merece la pena, salta el bloqueo -algo similar a un miedo atroz escénico no tratado en consulta, a no llegar a decir lo que de verdad quiero decir, quizás sea eso-.
(…) Poesía para niñas bien es una bomba estallándote en la cara, es la poesía del fracaso contado más tierna que he leído jamás. Es el éxito de ser, y dejar ser, de ver en la pluralidad belleza, de la conquista. Es poesía queer, muy bollo (The camionero who lives inside me dice / que adora tus tetas, cómo se mueven…), es dura porque tiene que serlo, es dura como lo han sido con ella (Ahora me queda disimular, / apretar fuerte los ojos, / esperar a que pase el rato de las lentas / que está durando demasiados años). Es clara, tan clara que incluso a mí me saca los colores. Y cómo me gusta que me los saque, que se meta dentro, sin remisión. La tengo en cada poro, a ras de piel, en cada mililitro de sangre corriéndome alterada, conquistándome en cada quiebro.
Es un animal de ternura, se le ve en los ojos y en cada gesto.
Poesía para niñas bien es poesía para levantarle la falda a Sonia cuando eres niña; el poemario que siempre quise escribir sobre la infancia, sobre mi vida, sobre ser lo que crees ser cuando crees que no lo es nadie, sobre mis técnicas de seducción que no se pueden llamar así; es poesía de la belleza (el poema La belleza / no era Stendhal me mata de amor); es cogerla y no soltarla.
Lo que siempre quise decir del perfume como feromona de perdición.
Es leer cómo jura sobre el nombre de Gloria Fuertes y le ofrecería cada parte de mi alma para que jugara a descomponerla, y a poetizarla.
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Comprénselo, anda: no habrá arrepentimiento posible.
Sólo placer subversivo, sexo, dolor y diversión.
Te conquista de un modo inconsciente, primario;
perfectamente elaborado, sí.